Estoy seguro, era ella. Fue sólo un instante, un cruzar de miradas, pero era ella. El tiempo ha castigado su imagen con dureza, pero así y todo la he reconocido. Mi primer cuerpo desnudo de mujer, cuando yo aún no entendía el porqué de aquel bulto en mi bragueta y ella se lavaba sin pudor con el agua de lluvia que caía de los canalones.